jueves, 28 de mayo de 2009

AXIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN ADVENTISTA

Lo que da sentido y dirección a nuestras vidas son los valores. Y ellos han de encontrarse en la única fuente que asegura estabilidad y ofrece autenticidad total: Dios. Todos los valores positivos han de ser cultivados, pero los valores religiosos deben ser la fuente que dé sentido y unifique desde la trascendencia toda la actividad humana, trayendo así al ser contingente de regreso a su Hacedor, el ser Necesario.

La visión de la realidad y la verdad conduce a una concepción de valores. Los principios de la axiología adventista se derivan de la Biblia, que es, en su sentido último, una revelación del carácter de Dios. Una orientación tal otorga preeminencia a los valores espirituales y humanos.

Los valores, asimilados en un proceso gradual, son afectos por los patrones culturales del momento, impuestos por la educación, los medios de comunicación de masas, la gente etc. Nuestro riesgo como educadores cristianos está en la penetración del secularismo y de una visión dualista de la realidad, lo que indudablemente ejerce poderosa influencia en la distorsión de nuestros valores cristianos .Nos preguntamos ¿Cómo podemos enfrentar el problema de cambiar algunos valores? La respuesta es vinculándonos con patrones de valores deseables, sin embargo esto debe ser precedido de un proceso que incluye:
. Toma de conciencia acerca de la existencia de valores
- Desarrollo de la sensibilidad acerca de ellos, en lo social, moral, estético etc.
- Análisis de los valores: descubrir los que están explícitos o implícitos en la enseñanza de la literatura, la historia, las ciencias, la economía etc.
- Clasificación de los valores según los que he descubierto en mi acción.
- Crítica de los valores a fin realizar decisiones respecto de ellos.

La Biblia enseña que las relaciones del hombre con Dios, con su prójimo, con el mundo en que vive y consigo mismo se han degenerado. El cristiano propone una escala de valores inmutable, distinta a la del mundo secular. Cristo afirmó que hay algo de más valor que lo material y los bienes temporales del mundo, y que aquellas cosas de mayor valor debieran constituir el fundamento y el objetivo de la actividad humana.
Se debe propender a:
- desarrollar los valores espirituales y humanos considerando al hombre más importante que las cosas y el individuo tan importante como el grupo.
- desarrollar valores materiales, tales como: la diligencia, esfuerzo, higiene, salud, la seguridad económica, laboriosidad, mayordomía, responsabilidad, temperancia, trabajo paciente, trabajo útil y la competencia vocacional,
- desarrollar valores intelectuales, tales como la autodisciplina, deber, facultad de pensar, facultad de elegir, orden, poder mental, verdad, veracidad, la investigación científica, los juicios válidos y la creatividad
- desarrollar valores estéticos, tales como el amor por la belleza, amor a la naturaleza, aprecio por la variedad, la consideración por la proporción, la sensibilidad ante la armonía;
- desarrollar los valores sociales, tales como el altruismo, amor al prójimo, justicia social, compasión, empatía, esfuerzo cooperativo, cortesía, derechos humanos, discreción, la interrelación apoyadora, generosidad, genio alegre, gozo en el servicio, hospitalidad, interés por el ser humano, prodigalidad, puntualidad, simpatía, tolerancia, unidad y la realización individual dentro del grupo.
- desarrollar los valores morales, tales como la abnegación, bondad, confianza, edificación del carácter, dominio propio, prudencia, fortaleza moral, fuerza de voluntad, honor, honradez, humildad, la integridad, justicia, orden, sencillez, valor para defender las convicciones y la solidaridad.
- desarrollar los valores religiosos, como el amor a Dios, amor a la palabra de Dios, La comunicación con Dios, conocimiento de Dios y sus propósitos, confianza, esperanza, fe, fidelidad, gratitud, obediencia, piedad, pureza, la adoración, reverencia, semejanza a Dios, la benevolencia adventista y la sensibilidad ante la santidad, y la libertad de conciencia.

A continuación trataré de considerar aquéllos que me parecen más relevantes, sin pretender confeccionar una lista exhaustiva.

a) En primer lugar, indudablemente, el amor, fundamento de la ley de Dios; el amor entendido como un principio rector de la conducta humana y no como un sentimiento. Es éste el principio de todo principio, el valor de todo valor. No habrá educación real si no prima el amor, si los componentes de la comunidad educativa no aman a su prójimo. ¿Qué educación, qué valores podríamos entregar al margen del amor?
b) El servicio, porque Cristo hizo de este valor el norte de su vida. No meramente en su acepción de utilización de las capacidades en tareas que tengan un significado social, sino referido a una acción mediante la cual una persona se da a sí misma en beneficio de otra en una entrega voluntaria, acompañada de auténtico gozo. Se trata, pues, de una experiencia maravillosa de encuentro pleno entre dos personas, una experiencia que nos permite mantener la verdadera relación con el prójimo y, por lo tanto, nos ayuda a ser personas, las personas que el Creador planeó.
c) La fe, porque sin ella "es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6) y porque la fe es para el cristiano el puente entre la Palabra concedida y la realidad de la vida concedida; su vida es un transitar por ese puente sin jamás caer al vacío, una vida de fe, esa fe que permite vivir la palabra concedida como realidad actual.
d) El compromiso, que es consecuencia de la fe, porque se trata de tener una relación viva con lo que se cree y lo que se espera y no de simplemente reflejarlo en la subjetividad de la contemplación y del sentimiento religioso. Este compromiso ha de traducirse en una transformación medular de la vida y en una actitud esencial que se manifiesta tanto en público como en privado. La libertad es elección y adhesión: sólo es libre el hombre verdaderamente comprometido en la búsqueda de la verdad, en la construcción de su propia plenitud y de aquéllos con quienes comparte su vida.
e) El respeto, traducido en atención a las diferencias individuales y en respeto a la individualidad, lo que abarca la consideración por la originalidad o capacidad creadora, por la autonomía v el ejercicio de la libertad estimulando así un auto-perfeccionamiento de la capacidad para plantearse personalmente el personal proyecto de vida y para dirigir la propia vida.
f) La confianza, esto es, la capacidad de creer en el otro y de brindarle una mano amiga, de no privilegiar los controles y las reglas.
g) La libertad, que no significa ser capaz de hacer cualquier cosa, sino una autodeterminación en las propias acciones y decisiones. La libertad de la persona consiste en descubrir por sí mismo su vocación y adoptar por sí mismolos medios de realizarla. Es libertad de compromiso: el compromiso supone la libertad, no la elimina; es cierto que la limita, pero se trata de una limitación que es autoimpuesta por el sujeto, voluntariamente. Hay, en efecto, ciertos condicionamientos que en verdad no reprimen la libertad, como podría suponerse, sino que tienden a ayudar al proceso de ser libre. La libertad dice relación con valores. Está condicionada e invocada por ciertos valores, pues el acto libre no es un hacer arbitrario. Sólo son libres los actos humanos voluntarios, fruto de la reflexión.

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