jueves, 28 de mayo de 2009

PREOCUPACIONES Y TAREAS FUNDAMENTALES DE LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN ADVENTISTA

Deben considerarse los siguientes aspectos básicos:
1. Naturaleza de la realidad. Para la filosofía adventista es fundamental el concepto de que el universo es la expresión de un Ser inteligente y personal. La cosmovisión adventista está centrada en Dios, no en la naturaleza, ni en el hombre. La convicción teocéntrica adventista es una afirmación de la fe en la revelación divina.

2. Creación y proceso natural. Los adventistas creemos que el universo fue traído a la existencia y es sostenido por un Dios personal, para los propósitos determinados por él Para los adventistas es insuficiente cualquier educación que ignore esta consideración central.

3. Revelación personal de Dios. Siendo que Dios es personal, es capaz de hablar y de actuar, de decir y hacer. Lo que habló y continúa hablando es la tercera asunción básica.

La Biblia es la palabra de Dios, el criterio verdadero para la enseñanza y la doctrina, la norma por la cual la continua revelación puede ser identificada y comprendida Jesucristo, tal como parece en las Escrituras, es la suprema revelación de Dios al hombre, es perfecto ejemplo de vida, y el punto focal de esperanza para la raza humana.

La distintiva contribución espiritual de Elena G. de White a través de sus escritos es considerada como una instancia singular de la auto revelación de Dios. El adventismo no puede ser totalmente entendido ni adecuadamente considerado fuera de su ministerio, porque nadie habló a la Iglesia en forma más influyente o con más autoridad

4. Consecuencias para la educación. Las implicancias de estas premisas para la educación son fundamentales y profundas. Elena G. de White, cuya influencia fue fundamental para determinar el carácter de la educación adventista, fue explícita acerca de esto. Ella escribió:

"Todo verdadero conocimiento y desarrollo tiene su origen en el conocimiento de Dios... Cualquier ramo de investigación que emprendamos, con el sincero propósito de llegar a la verdad, nos pone en contacto con la Inteligencia poderosa e invisible que obra en todas las cosas y por medio de ellas. La mente del hombre se pone en comunión con la mente de Dios, lo finito con lo infinito. En esta comunión se halla la educación más elevada" (La Educación, p.12).
El Conocimiento: La educación adventista no se preocupa sólo de la persona a ser enseñada, sino también del cuerpo del conocimiento que debe ser aprendido e investigado. Las instituciones educativas procuran acelerar el proceso de adquisición de conocimientos a través de la experiencia directa, a través de las experiencias escritas de otras personas, y a través del razonamiento lógico. Los alumnos son introducidos a estas fuentes del conocimiento y son preparados para usarlas eficientemente.

Todo aprendizaje está fundamentado en la fe, en un cierto conjunto de presuposiciones o visión mundial. La visión adventista mundial reconoce lo sobrenatural como también el orden natural. Los adventistas definen el conocimiento de un modo más amplio que el meramente intelectual o científico. El verdadero conocimiento abarca los elementos cognitivos, experimentales, emocionales, relacionales, intuitivos y espirituales. La adquisición del verdadero conocimiento lleva a la comprensión que se manifiesta en la sabiduría y en la debida acción.

La Instrucción: el programa instruccional en el aula da el debido énfasis a todas las formas del verdadero conocimiento, integrando de forma intencional la fe y el aprendizaje. La metodología educacional atenderá activamente a las necesidades y habilidades de cada estudiante, dando oportunidad de poner en práctica lo que es aprendido y siendo apropiado para la disciplina y la cultura.

La Disciplina: en la escuela adventista es establecida sobre la necesidad de restaurar la imagen de DIOS en cada estudiante y reconoce la libertad de la voluntad y la actuación del Espíritu Santo. La disciplina no debe ser confundida con punición, visto que busca desarrollar el autocontrol. En la disciplina redentora, la voluntad e inteligencia del estudiante están engarzadas.

La Vida escolar: el énfasis combinado de culto, estudio, servicio, recreación y relaciones caracterizará el ambiente total de aprendizaje, dando cuidadosa atención al equilibrio. La comunidad del campus será permeada por espiritualidad alegre, espíritu de cooperación y respeto por la diversidad de individuos y culturas.

La Evaluación: la escuela/facultad/universidad adventista da clara evidencia de que adhiere a la filosofía adventista de educación. Tal evidencia se encuentra en el currículum escrito, en las actividades de enseñanza y aprendizaje, en el espíritu reinante en el campus y en el testimonio de estudiantes, graduados, miembros, empleados y de la comunidad como un todo. La evaluación, sea de los individuos o de la institución, es redentora y su naturaleza siempre busca el elevado ideal de Dios de excelencia.
Los Valores: Los adventistas rechazamos todas las formas de relativismo egocéntrico. Sostenemos que ciertos actos humanos son intrínsecamente malos y que otros son, por su misma naturaleza, buenos; y que la norma que distingue el bien del mal está enraizada en el bien absoluto de la naturaleza divina, tal como está revelada en las Sagradas Escrituras.

Tal orientación le concede preeminencia a los valores humanos y espirituales. Cuando los valores espirituales son más importantes que los materiales, el hombre es más importante que las cosas, y el individuo es tan importante como el grupo. El hombre es de inestimable valor, no por su condición actual, sino porque fue creado a imagen de Dios y porque la voluntad de Dios es restaurarlo plenamente a su imagen.

Ayudar a los seres humanos a encontrar las soluciones de Dios para sus problemas es el blanco para el cual la educación adventista trata de preparar a sus estudiantes.

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